lunes, 17 de febrero de 2014

El índice del Big Mac

Para saber lo caro o lo barato que es un país, ya no es necesario ser economista. Es evidente que mirar los tipos de cambio, te permite tener una pequeña noción sobre la diferencia que existe entre los diferentes países por lo que hace a sus respectivas monedas.  Sin embargo, esta noción no es ni mucho menos suficiente si consideramos que los precios no son lo mismos, pues debido a este factor, un euro no tiene la misma capacidad de compra en Barcelona que en Paris. Y que diantres, acéptemoslo, al ver todos esos numeritos al ir de viaje cuando vamos a cambiar dinero, se nos queda cara de tontos.

Hace ya unos años que la revista The Economist, una de las publicaciones semanales más valoradas del mundo económico, lanzó lo que llamaron "The Big Mac Index", pues se trata de un índice basado en la teoría del PPP (purchasing-power parties) que te permite comparar los precios del Big Mac en distintos países del mundo.

El Big Mac es la tradicional y famosa hamburguesa que llevan comercializando los establecimientos McDonalds toda la vida. Y es precisamente el amplio alcance que tiene esta compañía de comida rápida, pues tiene locales en casi todos los países, que convierte el índice en algo fiable y por encima de todo, en algo que puede entender fácilmente todo el mundo.

Si entra en la web interactiva http://www.economist.com/content/big-mac-index ,  verá que hay dos tipos de índice. El "raw index" y el "adjusted index". Vale la pena comentar la distinción, pues mientras el primero es el índice normal donde simplemente se compara los precios de las hamburguesas, el segundo considera el PIB per cápita en la misma comparación.

Mirando el "raw index", podemos ver que el país más caro con diferencia es Noruega con un precio del Big Mac de 7'80$. Sin embargo, si miramos al "adjusted index", vemos que el país más caro no es Noruega sino Brasil con un precio de 5'25$ por la hamburguesa. ¿A qué se debe este cambio? ¿Cómo puede ser? Si 5'25$ no es tanto dinero..... Pues sí, recordemos que miramos el índice considerando el PIB per cápita (el indicador de riqueza individual por excelencia) y por lo tanto, estos 5'25$ que quizá no nos parecen muy caros a nosotros, sí lo son para los brasileños ya que su PIB per cápita es extremadamente bajo. 

Y al contrario, con el "adjusted index", Noruega baja trece posiciones porque a pesar de que el precio del Big Mac de ahí nos parece muy caro, para ellos no lo es tanto, pues cobran unos salarios mucho más altos de los que cobramos aquí.

Es curiosa la actividad, porque cosas así hacen acercar la economía al pie de calle. Porque ahora ya saben, cuando se vayan de viaje a otro país y quieran saber lo caro que es este, no lo duden, los precios de las hamburguesas nunca engañan.


miércoles, 5 de febrero de 2014

Guerra publicitaria

Hace apenas unos días tuvo lugar la famosa Superbowl, que viene a ser al partido final entre los dos mejores equipos de la liga nacional de fútbol americano. En este acontecimiento, las compañías comerciales pagan millones y millones de euros para emitir sus anuncios en los cortes publicitarios, pues se calcula que aproximadamente 111 millones de personas ven este partido año tras año.

Es curioso el asunto ya que los espectadores están tan o más impacientes por ver las campañas publicitarias como por ver el partido en si mismo. Las compañías luchan entre ellas por el orden de aparición y, cada anuncio en concreto, se convierte en un ataque en toda regla a la compañía rival.

La lucha entre Pepsi y Coca-Cola en la televisión americana ya es algo que la gente tiene asumido, pues su legislación, a diferencia de la nuestra, permite nombrar y usar la marca contraria en tus campañas publicitarias si lo consideras necesario. Sin embargo, este año un anuncio con la presencia de Scarlett Johanson como protagonista, ha iniciado una nueva guerra en el mercado de las bebidas refrescantes o lo que ahí llaman "soda"...

La marca Sodastream, que ofrece una innovadora bebida basada en la mezcla de sabores personalizados con gaseosa, ha sido la protagonista del asunto. En el anuncio en cuestión, la actriz americana concluye el anuncio con un "sorry Coke and Pepsi", lo que viene a ser un "lo siento Coca-Cola y Pepsi", augurando pues, que tras la salida al mercado de esta bebida, dichas marcas están muertas.

Vale la pena ver el anuncio. Además les adjunto otro anuncio del 2001 que refleja muy bien lo que representa la lucha entre Pepsi y Coca-Cola en EEUU. Presten atención, porque esto está permitido.


          

          

lunes, 3 de febrero de 2014

Los 'Showmans'

Ser un showman no está al alcance de todo el mundo. A veces uno se puede entrenar para serlo. Pero sin duda alguna, existe un componente genético que hace de los showmans gente única capaz de motivar, convencer y crear espectáculo con el simple arte de la dialéctica.

Los americanos tienden a ser bueno en ello. Entre otras cosas, porque su educación considera fundamental el aprender a hablar en público. Cosa de la que carece la educación española y que no parece que vaya a cambiar en los próximos años. Es curioso que, incluso si comparamos los políticos entre ellos, quienes muchas veces han estado entrenados con el arte de la dialéctica y la demagogia hasta la perfección, vemos que no es lo mismo Barack Obama que Mariano Rajoy. Dejando ideologías aparte, desde una visión analítica en estricto sensu, vale la pena hacer la comparación. Mientras uno lee y aparece en frente la audiencia a través de un plasma, el otro improvisa y se queda con todo el mundo con un discurso provocador desde el punto de vista gramatical. Que lo hagan bien en lo suyo ya es otra cosa. Pero me consta que ni uno ni el otro están haciendo aquello que prometieron...

Pero ser showman no es sólo hablar en público. Es llamar la atención, hacerse escuchar y hacer pensar a la gente "qué bueno es este tío!". Así que los showmans existen y muchas veces vale la pena aprender de ellos.

Hoy me gustaría mostraros el caso del primer ministro canadiense Stephen Harper, quien frecuentemente, fuera de la convención de maneras que suele ser la política, saca provecho de su aptitud musical (un poco discutible en el vídeo que verán a continuación) para sorprender notablemente a sus invitados.

El caso es que, frecuentemente, cuando visita lugares del mundo, decide cantar y dedicar una canción a sus homólogos del pais contrario. La última, "Hey Jude" de los Beatles. Canción que cantó mientras tocaba el piano en su visita a Israel el 24 de Enero.

Vean y disfruten. Al menos hay que aceptar que tiene gracia. Esto es un showman.


       

sábado, 1 de febrero de 2014

Los colaboracionistas de Hitler

Cuando uno lee un poco sobre la segunda guerra mundial, el holocausto y sus campos de concentración, y sobre la personalidad de Hitler, se da cuenta que todo aquello no fue tan fácil. Ir a Auschwitz es una visita obligada si vas a Polonia, y el impacto que te llega a generar es difícil de explicar, pues todo aquello que habías visto en películas y fotografías se eleva a un nivel de realismo que jamás hubieras imaginado.

Es interesante reflexionar sobre como se llego a todo esto, y como Hitler y su doctrina reunida en "Mein Kampf",  se estableció como corriente única de pensamiento entre los alemanes durante la década de los cuarenta del siglo pasado. Porque no todo fue tan fácil. Llevar el antisemitismo hasta el punto que lo hizo el holocausto, no lo hace sólo una persona. Porque en efecto, hubieron muchos colaboracionistas.

Cuando en Cracovia visitas la fábrica de Oskar Schindler, empresario del partido nazi que utilizo la fábrica como medio para salvar a miles de judíos del exterminio, o cuando te enseñan los guetos de la misma ciudad, te preguntas como fue posible que se hiciera lo que se hizo. Pero es que no existe respuesta aparente. Si encima, le preguntas al guía que opinan los alemanes de hoy en día cuando visitan el país, te contaran que lo sienten mucho y que además no tienen ellos ninguna culpa, pues se trata de generaciones pasadas.

Y es que es cierto, no podemos culpar por los actos de otros, incluso aunque sean tus familiares. Pero sin embargo, a mi, saber que muy poca gente pago por lo que hizo (los juicios de Nuremberg) y pensar que aún puede quedar algún viejo colaboracionista en sud-américa operado con cirugía estética, no me deja dormir del todo tranquilo (y eso que no soy judío).

Porque colaboracionistas hubieron unos cuantos. Empezando por la marca de ropa actual Hugo Boss, que diseño los trajes nazis, pasando por la compañía de automóviles Ford que distribuía la carrocería del ejercito del Führer, y acabando con la aerolínea Lufthansa, quienes fueron un componente clave en el éxito de sus intervenciones aérias.

Así que llamo a la reflexión. Que menos que saber que el holocausto y el hitlerismo no fue para nada gratuito.