sábado, 22 de junio de 2013

Brasil y su presidenta

En estos últimos días hemos visto como Brasil se unía a la enganchosa ola de protestas que lleva ocurriendo desde hace un año en contra de los gobiernos de cada respectivo país. 
Vivimos una crisis global, pero aún así existen países que están exentos de ella. Llámese Brasil o llámese China, pero lo que esta claro es que no todo el mundo está en crisis.

Sin embargo, sí que existen protestas. Son una petición de cambios, porque son estos países que pese no estar en crisis, aun están en vías de desarrollo. Los que ya nos desarrollamos en su momento, nos pasamos de la raya y acabamos donde estamos. Pero los novatos, los que aun crecen, parece que todo esto les queda muy lejos. Como ya hemos explicado muchas veces en este blog, al ser humano le cuesta aprender y, la codicia suele reinar por encima del sentido común.

El caso es que, en el resto del mundo, la crisis se lleva por delante a cualquiera que gobierne. De derechas o de izquierdas, blanco o negro, listo o tonto, todos absolutamente todos, se les lleva por delante la crisis. Y es que todo sea dicho, gobernar en estos tiempos no es ni agraciado ni precisamente sencillo, sino más bien al contrario, mantenerte en el pedestal sin caerte aunque te tiren piedras es motivo de alabo.

Y en esto Brasil parece ser hábil. Bueno, mejor dicho su presidenta Dilma Rousseff. Que aunque no están en crisis, protestas reciben. Sus motivos son otros, pero no dejan de existir. El equilibrio que por ahora es capaz de mantener tomando medidas de gobierno, a veces impopulares, representa el buen dote de un presidente/a. 

En esta ocasión se oían peticiones de "Estatización del transporte público" o de "Educación pública de calidad", pero es que sean cualesquiera las protestas, su presidenta sabe medir muy bien su gravedad para poder mantener este equilibrio del que hablábamos.
Y es que, como hemos visto hace muy poco, Dilma Rousseff ha salido en un comunicado especial de televisión dando la razón a los activistas y a los manifestantes. 

En esta vida todo tiene un origen. Y ante estas declaraciones de soporte, podemos encontrar un motivo aparentemente evidente que explican el porqué del suceso. Lo encontramos en la biografía de Rousseff, quien de joven, fue guerrillera en contra de la dictadura militar de ese momento. 

Ser coherente es siempre aplaudido. Y hay que reconocer que esta mujer lo es. Aún así, prefiero no cantar victoria antes de que se produzcan los cambios. Por ahora existen muchas protestas en contra de su gobierno y la actuación en frente "la primavera tropical" debe ser inmediata. De momento, hay que decir que se la ve preocupada. Algo que en mi opinión y desde fuera, se agradece. En cualquier caso, el tiempo escribirá el futuro. Y este sigue siendo una incógnita. Así que tiempo al tiempo.




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